Más de la mitad de los ciudadanos
del Planeta, encuestados en 23 países, cree que la economía será más
sólida en 2014 y hasta un 76% que se reforzará la economía global.
Suecos, franceses, japoneses e italianos (33%) no son tan optimistas
aunque chinos, hindues, indonesios, brasileños y argentinos sí que lo
son. Lo cierto es que, tanto norteamericanos como europeos de la
Eurozona, experimentan índices de mayor confianza pese a que un 3% de la
Humanidad seguía detentando el 20% de la riqueza a final de 2013.
Algunos
indicadores confirman cierta tendencia a la recuperación económica
aunque otros hacen augurar que será asimétrica y a diferente velocidad,
según países y hasta bloques económicos. Por ejemplo, Alemania va hacia
el endeudamiento cero desde la máxima solvencia. Mientras Francia se
sigue endeudando, hasta niveles peligrosos, según su propio Tribunal de
Cuentas, al tiempo que pierde solvencia su deuda soberana. Sigue
creciendo el PIB pero el desempleo no remite pese a los incentivos
sociales propuestos por el presidente Hollande.
La
que sí parece un hecho constatable es la recuperación norteamericana
pese a la retirada gradual de incentivos por parte de una Reserva
Federal que verá en febrero un cambio en su presidencia. Los nuevos
rectores auguran ya un crecimiento del 3% del PIB en 2014, pese a haber
perdido el liderazgo mundial exportador en favor de China, cuando el
sector manufacturero da síntomas de fuerte actividad frente a cierta
ralentización del sector servicios. Obama ha elegido zonas deprimidas de
EE UU y determinados sectores productivos para reducir esa masa de 50
millones de pobres en un país de 300. Hasta Canadá conoce hoy un
insólito 7% de desempleados.
También
existe una incipiente pero cierta recuperación de la economía
española. El PIB creció un 0,3% en diciembre. Y se espera, desde varias
instancias internacionales neutrales, que siga creciendo trimestre a
trimestre. Pero el alto desempleo, la débil demanda interna y la
práctica ausencia de crédito para las pequeñas empresas suman muchas
dificultades para afianzar esa recuperación, todavía muy lenta y casi
imperceptible, que obliga a más reformas efectivas para acercanos a un
Reino Unido, que anuncia recortes públicos de 25.000 millones de libras
esterlinas en 2015, y alejarnos de una Francia con tendencia a la
voracidad fiscal impuesta por su onerosa burocracia.
El
vecino Portugal también ve ya algún horizonte al caer la presión sobre
su deuda pública y quedar situado en la antesala de la salida del
rescate, algo mucho más lejano en Grecia y que ha sido posible en
Irlanda. Por contra, el desempleo sigue demasiado alto en España (donde
han vuelto las inversiones extranjeras) y Grecia, que trata de hacer un
paréntesis en las obligaciones con sus acreedores desde su presidencia
semestral de la UE. Mientras el desempleo ha subido en la Eurozona un
0,8% hasta alcanzar un 12% (todavía quedan 15.600.000 desempleados en
los países del sur en la Unión Europea) desciende en Alemania y Reino
Unido, pese a la fuerte presión inmigratoria que ahora se trata de
amortiguar intrafronteras comunitarias, incluso en Bélgica.
La
crisis del euro (la moneda internacional de mayor rendimiento en 2013
por cierto) está en vías de superación. El riesgo-país de España e
Italia (donde se ha alcanzado un récord de pobreza) se refuerza. Y,
tanto el BCE como el BoE, mantienen al mínimo del 0,25% los tipos de
interés del euro y la libra esterlina para conjurar un riesgo de
'estanflación' como el vaticinado por George Soros para la Eurozona,
donde la inflación creció un 0,8% y dos décimas de media en los países
de la OCDE.
Y
para sostener tanta coincidencia sobre la recuperación económica que se
aventa (en España parece que mucho mejor a partir del segundo
trimestre) las bolsas europeas como la de Wall Street siguen al alza al
igual que el petróleo por mayores demandas de capitales y energía; en el
último caso porque las potencias emergentes lo precisan para su
desarrollo cuando Rusia se alza como el primer productor mundial de
petróleo y gas, en espera de que EE UU le arrebate ese liderazgo, y ya
por encima de Arabia Saudita.
Para
concluir, China sigue ahí reorientando su modelo económico, ahora hacia
la satisfacción de su demanda interna, según las nuevas directrices del
PCCh, en pleno liderazgo mundial exportador alcanzado en 2013. Sin
embargo hay dos datos para la reflexión de los expertos: sus
ayuntamientos tienen una deuda de dos billones de euros mientras la
deuda fiscal de las empresas alcanza más de veinte billones de yuanes.
(*) Periodista y profesor