TOLEDO.- María Dolores Cospedal ostenta desde ayer jueves el triste récord de ser
la primera presidenta (incluidos sus antecesores Bono y Barreda) de
Castilla-La Mancha en ser abucheada en la procesión toledana del Corpus.
Docentes, dependientes y ciudadanos en general, han reprochado a la
líder conservadora, que vestía una vez más mantilla y peineta
decimonónica, sus brutales recortes, mientras que aplaudían y vitoreaban
al alcalde socialista de Toledo, Emiliano García-Page, según 'El Plural'.
Lo que era un temor anunciado se convirtió este jueves en una triste
realidad, que sitúa a la presidenta de Castilla-La Mancha como la
primera mandataria en 30 años que es censurada por el pueblo en plena
carrera procesional, donde los toledanos demuestran su gratitud a los
políticos con aplausos, o silencios si están en desacuerdo con las
políticas llevadas a cabo por éstos, pero nunca exteriorizan su rechazo a
través de pitidos y abucheos como ha sucedido en la mañana de este
jueves en la procesión más espiritual y religiosa del mapa católico
español, donde la también secretaria general del PP ha vivido uno de los
peores momentos de su vida política.
Nunca antes, ni siquiera en época del cardenal Marcelo González
Martín, que impidió al primer ministro de Justicia del Gobierno de
Felipe González, el toledano Fernando Ledesma, participar en la
procesión del Corpus por la ley del divorcio, un político había sido
objeto de las pitadas, abucheos y consignas de protesta como las
recibidas en la mañana del jueves en la procesión del Corpus de Toledo.
María Dolores Cospedal ha sido la primera en ostentar este triste
récord, fruto de la devastadora política de recortes que lleva a cabo en
Castilla-La Mancha. La respuesta de los ciudadanos ha sido clara y
concisa, como muestra el citado video: ¡Fuera, fuera, fuera! han sido
los mensajes más benignos recibidos por la presidenta
castellano-manchega.
Pero antes de ser censurada a la altura de la iglesia de los
Jesuitas, Cospedal ha tenido que aguantar continuos reproches desde su
salida de la Catedral Primada hasta la llegada a la emblemática Plaza de
Zocodover, donde un grupo de profesores, ataviados con su popular
camiseta verde, ha mostrado en silencio su desacuerdo con el despido de
cientos de docentes y el cierre de decenas de aulas rurales. En la misma
plaza, y cuando se dirigía a presidir la tradicional parada militar,
María Dolores Cospedal ha tenido que oír una nueva y masiva pitada que
contrastaba con los vítores y aplausos recepcionados por el alcalde de
la ciudad y líder de los socialistas castellano-manchegos, Emiliano
García-Page.
Los asesores de Cospedal, conscientes de la situación y del
rechazo que provocaba la presidenta en la carrera procesional, le han
aconsejado que se situara más cerca de la Custodia para evitar así las
pitadas y abucheos, según reconocen fuentes eclesiásticas,
quienes han sugerido a la secretaria general del PP que guardara las
distancias. Separación que sí ha mantenido el alcalde, lo que ha
acrecentado más si cabe el aislamiento de Cospedal y el incremento de las pitadas.
Lo cierto es que este Corpus pasará a la historia por los
mensajes y situaciones nunca antes vividos, como por ejemplo a la hora
de comulgar. Si el año pasado María Dolores Cospedal recibió el
sacramento de manos del mismísimo arzobispo, este año fue disuadida para
que no se acercara al Santísimo, porque de hacerlo le negarían la
comunión al ser divorciada y estar casada con un divorciado, aseguran
fuentes diocesanas. Pero por alguna razón no dada a
conocer, el arzobispo Braulio Rodríguez ha preferido que fuera el deán
el encargado de suministrar la hostia sagrada, circunstancia esta
novedosa en el protocolo catedralíceo ya que es el primado el encargado
de comulgar a las autoridades civiles y militares. Sea como sea, el caso
es que Cospedal ha entendido el mensaje: No se ha movido de su sitio y
no ha recibido el sacramento.
Es verdad que el jueves de Corpus ha lucido este año con una
intensidad inusitada, pero no es menos cierto que la ausencia de
destacados líderes políticos ha mermado importancia y glamour a la
celebración. Solo líderes regionales, todos del PP, y algunos
embajadores, como es tradición diplomática, han visto la procesión desde
los balcones de la Delegación del Gobierno.
Lo que sí ha llamado la atención ha sido la retransmisión
realizada por la tele manchega. Los abucheos, pitadas y reproches han
sido silenciados; no han existido para el director de CMTV, Nacho Villa,
que luego, parece ser, ha comido en un restaurante capitalino con
Cospedal y una veintena de invitados. No solo eso, de las siete
entrevistas realizadas, seis han sido a dirigentes del PP y una a un
embajador. El anfitrión, el representante del Ayuntamiento encargado de
engalanar las calles y correr con los cuantiosos gastos que supone el
Corpus, esto es, el alcalde Emiliano García-Page, no ha existido para el
“NO-DO de Cospedal”. ¿Será porque García-Page es el líder de los
socialistas castellano-manchegos?