El presidente de Uruguay, José Múgica, acaba de alertar sobre el
descontrol financiero mundial que, a su juicio, revela la debilidad de
la alta política contemporánea. Y ha dicho algo que debiera invitar a
una profunda reflexión después de haber sufrido la crisis global, de la
que ya pudiéramos estar saliendo por una pura lógica cíclica.
"Los usos y abusos de la cuestión financiera crea un tipo de economía fantasiosa",
ha enfatizado, como expresión de que el sistema financiero hace tiempo
que escapó al control de los gobiernos nacionales, con la consiguiente
inestabilidad y volatilidad.
En ese escenario, Suiza, país de vocación netamente transnacional
en cuando a sus inversiones y exportaciones, trata ahora de replegarse
hacia dentro para aislarse de la globalidad aunque sea a costa de
hacerlo también de su entorno geográfico, cultural y económico.
Sus privilegiados acuerdos con la Unión Europea (UE) pueden
quedar en nada si sigue adelante con limitar la libre circulación de
mano de obra comunitaria (unas 60.000 personas actualmente), lo que
podría suponer un grave impacto sobre su muy dependiente economía por la
'cláusula guillotina', que haría caer todos sus acuerdos con la UE vinculados jurídicamente.
Otros países europeos, éstos comunitarios, como Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca y Holanda,
al menos, tienen también ahora tentaciones de establecer cupos o
limitar la libre circulación de ciudadanos de la UE por la incidencia
gravosa en sus respectivos sistemas de salud, competencia salarial
desleal, alquileres al alza y hasta problemas de circulación, argumentos
casi todos manejados igualmente por los suizos para justificar su
decisión en referendo popular y democrático.
Esa globalidad que arroja, sin duda, ciertos inconvenientes es la misma que ayuda a crecer a los países más avanzados. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
ha anunciado gozosamente que la inflación media aumenta ligeramente en
diciembre (hasta el 1,6%) en algunos de sus países integrantes, caso de
la Eurozona (0,9%), Canadá (1,2%), Estados Unidos (1,5%), Alemania (1,4%) o Japón (1,6%). Aunque es cierto que todavía disminuye en otros, como Gran Bretaña (2%), Francia e Italia (0,7%) y España (0,3%).
En la Eurozona hay otros signos para la esperanza al subir los
precios industriales (0,2% en diciembre) por encarecimiento de la
energía y que el déficit público sea hasta septiembre pasado del 3,1%
(47,1% del PIB) aunque las empresas sigan reduciendo precios como factor
de debilidad económica persistente, al menos hasta 2015 por baja
inflación pese a que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga los tipos de interés en el 0,25%.
Su presidente, Mario Dragui, ve riesgos a la baja pese a inflación tan
reducida aunque, para evitar deflación, tomará medidas de política
monetaria si bajase de más. O si las eventuales turbulencias en mercados
emergentes golpean la Eurozona por una presión bajista sobre los precios como consecuente efecto de una valorización del euro.
El rector de nuestra moneda común ve ahora en la Eurozona una
recuperación económica incipiente pero intacta, y donde su sector
privado conoce su tiempo más activo desde mitad del año 2011. No
obstante, mantiene Dragui su cautela ante lo que él mismo califica de 'recuperación frágil y dispar' de la Eurozona pese a la ausencia de medidas de estímulo por el ajuste de precios en España, Irlanda, Grecia y Portugal.
En la Europa de fuera del euro, en Gran Bretaña, el Banco de Inglaterra (BoE) también mantiene para la libra esterlina los tipos en el 0,50% ante la sólida recuperación de la economía británica.
Otra vez dentro, Francia en 2013 ha visto disminuir en 6.000
millones de euros el saldo de su balanza comercial gracias al impulso de
su industria aeronáutica. Pero, por contra, el déficit fiscal sigue
por encima de lo previsto al quedar situado en el 4,1% del PIB y aún
lejos del 3% de tope recomendado desde Bruselas.
En Alemania, el superávit comercial se contrajo a finales del
pasado año un 0,9% al retroceder las exportaciones. Aunque el mayor
problema es la falta de mano de obra cualificada en alto desarrollo
tecnológico, unos 325.000 empleos vacantes, para unas pequeñas y
medianas empresas que no crecen al no poder atender la demanda, hasta
perder 31.000 millones de euros en 2013. No obstante, un 55% de esas
empresas espera facturar más este año gracias a los inmigrantes griegos y
españoles, al menos en un 28% de las pymes germanas.
Precisamente en Grecia, como síntoma de debilidad extrema de su
economía, disminuyen las exportaciones un 0,29% mientras las
importaciones lo hicieron un 9,9% en 2013 sólo por la necesidad de
petróleo.
El contrapunto de los países del sur de Europa lo pone también Portugal,
donde el desempleo ha descendido un 10% en el último año, ahora está en
el 15,3% de su población activa, unas 826.700 personas.
No es el caso de España, donde el desempleo repuntó en enero y
los sindicatos alertan de tanta precariedad laboral y de la pobreza de
muchos trabajadores tras bajar los salarios hasta un 10% en los últimos
meses.
Pero, como contraste, sube bastante la confianza de los consumidores,
que es muy sólida en la recuperación económica, y cae a mínimos y, a
gran velocidad, la incertidumbre. Por ejemplo, la recuperación de la
industria española la ha llevado a posiciones de 2009 mientras crece un
3,5% el número de nuevas empresas en enero, bien es verdad, que
básicamente en turismo y hostelería. También el sector servicios tuvo
hasta enero un tercer incremento consecutivo por un crecimiento
acelerado si bien con leve creación de empleo.
España es ahora la decimotercera economía mundial con un PIB de 1.356 billones de dólares y la quinta de la Unión Europea aunque China, Brasil y Rusia estén por delante. Según la revista especializada británica 'The Economist',
crecerá un 0,6% en 2014 y un 1,2% el año próximo. La cuestión es que su
riesgo-país, la deuda soberana española, se encuentra ahora en su nivel
más bajo con una retribución de tan solo el 3,6% en el bono a diez
años.
Mientras la corrupción preocupa más que el desempleo, España sigue (pese a una inflación menor) perdiendo competitividad frente a la Eurozona, la Unión Europea y la OCDE. Aunque el prestigioso diario económico 'The Financial Times'
anima ahora a invertir en la pequeña y mediana empresa española una vez
que el endeudamiento familiar ha vuelto, con 787.393 millones de euros,
a niveles de antes de la crisis.
Y cuando el oro vuelve a subir por cierta debilidad económica registrada en la coyuntura, Estados Unidos
conoce un inesperado aumento de su déficit comercial, con un monto en
2013 de 471.500 millones de dólares, por un retroceso del 1,8% en las
exportaciones y una subida de importaciones del 0,3%.
En cambio, su sector servicios conoce en enero una expansión ligera por
más pedidos y con más empleos. En esa situación contradictoria, el Fondo Monetario Internacional (FMI)
le ha exhortado a evitar una nueva crisis de confianza por culpa de su
deuda pública (con un tope de 16,7 billones de dólares hoy) porque sería
un síntoma de debilidad pese a tanto dato a favor de la recuperación de
su economía.
Algo que no se refleja aún en el empleo como señal de cierto deterioro
económico por segundo mes consecutivo en enero, hasta el 6,6% de su
población activa aunque el desempleo real pudiera estar en torno al 10%.
En este país aún se darán ciertas contradicciones en su proceso de
recuperación económica clara. El déficit descenderá al 3% del PIB este
año y en 2015 para subir después por un mayor desempleo y el
envejecimiento de su población. La deuda pública hoy es del 74% del
PIB.
La Reserva Federal (FED) pronostica cierta ralentización
económica este mismo año por debilidad del gasto de consumidores y
empresas, aparte de un 2% menos de productividad, por lo que su economía
pudiera estar perdiendo parte de su impulso de 2013. Aunque se
registran mayores gastos en construcción privada (0,1%), las
manufacturas experimentan cierto deterioro de pedidos (-1,5%) y los
bienes duraderos un -4,2%.
En China se apuesta ahora por una política monetaria estable para el crecimiento. El Banco Popular de China,
eso sí, supervisará el crédito inmobiliario y el otorgado a la
industria con sobrecapacidad productiva mientras Japón emprende reformas
tributarias para impulsar su economía, aumentar la inversión de
capitales y hacer crecer los sueldos.
En América Latina, donde una llamada 'Alianza del Pacífico' ha establecido un desarme arancelario para el 92% de los productos comerciados entre Chile, Colombia, México y Perú, Rusia ha reconquistado allí su mercado de armas con ventas de 1.500 millones de dólares en 2013, básicamente en Brasil, Perú y Venezuela.
Con una cuota del mercado mundial del 20,29% ocupa, tras los Estados
Unidos, el segundo lugar con negocios por 13.400 millones de dólares.
Argentina, con una peripecia económica muy suya, ha conseguido esta semana del llamado Club de París
poder renegociar su deuda de 2001 para lograr mantener unas reservas de
27.000 millones de dólares y garantizar así inversiones para su
desarrollo. Falta el placet de España, Japón y Holanda pero si lo tiene ya de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania e Italia para una moratoria añadida de cinco años más.
Y cuando desde el Vaticano, y como mensaje de Cuaresma, el Papa
Francisco condena la idolatría del dinero y dice que el capitalismo sin
control es una tiranía, con obligación por justicia de aliviar la
pobreza con una distribución más justa, la Unión Europea revela
que la corrupción político-económica le cuesta 120.000 millones de euros
al año (el equivalente al PIB de Rumanía), lo que significa un 1% de su
renta anual, por lo que daña a la economía europea y urge a recuperar
el dinero defraudado para impulsar el crecimiento y el empleo que tanta
falta hacen.
(*) Periodista y profesor