MADRID.- El todavía presidente del Congreso, el albaceteño José Bono, pronunció este martes su último discurso institucional, en la recepción con motivo del trigésimo tercer aniversario de la Constitución, y aprovechó para pedir a los partidos políticos, y especialmente al PP y al PSOE, que "caminen juntos" porque, quien no arrime el hombro, no estará a la altura.
En su discurso, tuvo palabras de recuerdo para las víctimas del terrorismo y de agradecimiento al presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, tras lo cual acabó defendiendo su "pasión" por España frente a "críticas serenas o a chanzas de bajo calibre intelectual o patriótico".
Bono comenzó ensalzando la Constitución de 1978 como una "gesta" España y remarcando que mientras los españoles estén "unidos en lo esencial, hay esperanza y no podrá triunfar el fracaso". "Con la Constitución de nuestra parte y unidos en lo esencial, no hay peligro", subrayó.
También se refirió al hecho de que este aniversario "no es un día cualquiera" porque es el primero "en el que España vive ya sin la amenaza del terror criminal de los malhechores de ETA".
"A los españoles nos agobian muchos problemas y el más urgente, sin duda, el empleo y las economías, pero hoy es imprescindible recordar que, gracias a la Policía, a la Guardia Civil, a los jueces, al apoyo de Francia, España ha terminado con esa pesadilla --aseveró--. Es hoy también buen día para agradecer su trabajo y subrayar esta feliz circunstancia que durante décadas hemos ansiado. También hoy, nuestro recuerdo más afectuoso a las víctimas de la barbarie".
Asimismo, quiso despedir al presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, en su último acto parlamentario. "No sólo por cortesía sino, además, con profundo cariño, despido al señor presidente del Gobierno, quien durante ocho años ha tenido en sus manos el timón de la gobernación de España".
En su opinión, "cuando la mar se calme, la tempestad amaine y con la perspectiva que da el tiempo se puedan distinguir las voces de los ecos", se contemplará "en toda su dimensión" la obra de Zapatero como gobernante. "Presidente, has dado a España lo mejor de ti en un tiempo difícil, y los españoles son generosos y han de saber apreciarlo como te mereces --dijo--. Presidente, gracias por tus desvelos. Salud y éxito en tu vida personal y familiar".
Y también se dirigió "con afecto también sincero" a Mariano Rajoy, próximo presidente del Gobierno, deseándole acierto en sus decisiones "en estos momentos difíciles en que le toca asumir la responsabilidad del Gobierno de España".
"Que tu navegación sea fecunda y constructiva por el bien de todos", apostilló.
Para esta nueva etapa, dijo desear que el PP tenga "el apoyo que tan necesario es tener en los momentos de adversidad, tan necesario es, como difícil conseguirlo del adversario político".
"Alejado de las certezas absolutas, de los dogmas partidistas y del ceremonial cortesano que busca más la adulación al jefe que el servicio a los ciudadanos, estoy muy seguro de que quien en esta hora no arrime el hombro no va a estar a la altura política y moral que exigen los españoles mas necesitados de solidaridad y de ayuda --proclamó--. Los parados, los dependientes, los muchos españoles que no llegan a fin de mes, nos reclaman unidad: ¡caminen juntos, pónganse de acuerdo!, nos dicen, de manera clara y contundente".
A su juicio, "resolver los problemas de los españoles que no pueden vivir sin la solidaridad de todos es más importante que ganar las elecciones, las pasadas y las que vengan".
"Y si para ese acuerdo hace falta memoria, bebamos de la fuente de la memoria. Pero si para llegar a entendimientos y acuerdos fuera menester olvidar, bebamos entonces de la fuente del olvido, que así es como decían los griegos que se abrían paso la gente inteligente, bebiendo de la fuente de la memoria y cuando hiciera falta de la del olvido", explicó.
Según Bono, las generaciones venideras juzgarán a los políticos por el nivel de vida y bienestar que sepan procurar a los españoles, para lo cual, abundó, es necesario ir "de la mano", caminar juntos y ponerse de acuerdo para "llegar mas lejos y que nadie quede en el camino".
"Aprovechemos el tiempo, unamos esfuerzos, busquemos acuerdos porque la historia de esta nación y el recuerdo que nos ofrecen estos antepasados. Cuando la próxima semana se inicie un nuevo tiempo Legislativo, que cada cual coja con ganas las riendas de sus responsabilidades. Trabajemos con ímpetu, trabajad con ímpetu, y con altura de miras", aconsejó.
El presidente del Congreso insistió en la necesidad de "trabajar por el todo, y no por las partes", porque "una comunidad por si misma o un individuo aislado quizá puedan correr más rápido que otros menos veloces, pero lo cierto es que solo juntos se llegará a la meta más lejana y mejor".
Por último, trazó su propia despedida de la primera línea de la política. "El presidente del Congreso se va sin más pasión política que el cariño a su país, o como dijera (Indalecio) Prieto semanas antes de morir: se va de este puesto queriendo a España --enfatizó--. Ni tengo, ni tuve, ni tendré complejos en confesarlo, frente a las críticas serenas o las chanzas de bajo calibre intelectual o patriótico".
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