TOLEDO.- El arzobispo de Toledo, monseñor Braulio
Rodríguez, ha admitido que hay "algunos problemas serios" con padres que
"siguen sin superar" que ciertas celebraciones cristianas en la vida de
los hijos no son cuestión "de tradición o consumo religioso" y conciben
la parroquia "como una estación de servicio o una gran superficie o un
autoservicio" donde comprar o elegir lo que "más gusta o apetece".
En su escrito semanal, y a propósito de
la iniciación a la Eucaristía de los niños de 8 ó 9 años que estos días
reciben la primera comunión, monseñor Rodríguez asegura que aunque se
puede ser "todo lo comprensibles posible", lo que no se puede aceptar
"es que valga todo en este campo tan vital de la iniciación cristiana".
"La primera vez que un niño recibe a Jesús sacramentado debe ser
un acontecimiento porque no empieza y acaba en sí mismo", explica el
arzobispo, que asegura que son los padres los responsables principales
de que la posibilidad de recibir a Jesús sacramentado "no se reduzca a
la misa festiva de la primera comunión".
"Ellos se deben comprometer a ayudar a que sus hijos se
acostumbren a celebrar, desde ese momento, la Eucaristía en domingo",
porque ese es "el despliegue normal de la iniciación cristiana",
convencido de que muchos padres "entienden la primera comunión como si
estuviera separada de esa celebración dominical, encerrada solo en un
día de fiesta".
En este sentido, el arzobispo felicita a los padres que sí quieren
vivir este acontecimiento "como lo quiere la Iglesia" y también
agradece la labor de los catequistas y sacerdotes de las parroquias, a
los que pide que enseñen "bien" a los niños cómo recibir a Jesús
sacramentado "sin precipitación, sin prisas, tomando la sagrada forma y
rezando enseguida que vuelvan a sus sitios".
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