MADRID.- El malestar
en la estructura y las bases de UGT por el “coqueteo” con el
independentismo en Cataluña se ha acrecentado en los últimos días. Y ha
desatado los primeros movimientos soterrados para forzar un golpe de
mano cuanto antes del secretario general, Josep María Álvarez, como
única forma de resolver la crisis.
Según fuentes del propio sindicato, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, el apoyo de UGT Cataluña a la manifestación para reclamar la liberación de los “presos políticos”, convocada en Barcelona el próximo 15 de abril, ha colmado la paciencia de la organización a todos los niveles, pero sobre todo en las provincias.
“O les para Pepe Álvarez o les paramos nosotros”. Es
el clamor que empieza a dominar en algunas federaciones importantes.
Citan especialmente a las organizaciones de Madrid, Andalucía, Castilla
La Mancha y Extremadura.
El
sindicato, afín al PSOE y el PSC, ya había coqueteado anteriormente con
los soberanistas. Pero es ahora, en calidad de convocante de esta
manifestación, cuando han saltado las alarmas.
“No podemos parar más bajas. Nos desangramos”
Las federaciones de UGT que
exigen que Josep María Álvarez salga a dar un “golpe de mano”, para
frenar la avalancha diaria de miles de bajas de afiliados, manejan ante
él un argumento incontestable: “No podemos parar más salidas. Nos estamos desangrando cada día que pasa. Hay que acabar con esto cuanto antes”.
Han
alertado a la cúpula del sindicato de que los movimientos en la región a
favor de quienes están convirtiendo a Cataluña en un lastre económico, tras ser la principal locomotora de España, están defraudando a numerosos afiliados.
“Este coqueteo amenaza
por primera vez en la historia con romper la unidad de UGT”, advierten.
“No recuerdo que jamás hayan circulado con tanta intensidad en Seat modelos para darse de baja de UGT como tras la Semana Santa”, añade otro afiliado.
Las bases están cansadas y sienten vergüenza
El deterioro de la imagen de UGT es “galopante” y las bases de la organización, muy incómodas, aseguran que “empiezan a sentir vergüenza” del sindicato tras varias décadas de afiliación.
Están cansados de tener que decir que “el problema es la UGT de Cataluña
“ y de distinguir constantemente entre la “UGT de aquí y la de allá”
para que no les salpiquen los gestos de cercanía de sus colegas
catalanes con la causa independentista.
Miles de militantes en toda España se ven obligados, día sí y día también, a dar explicaciones ante la opinión pública, en las empresas y ante los compañeros de otros sindicatos. “Y esto es ya es insostenible. La gente no aguanta más”, insiste un veterano dirigente de la federación de Madrid.
Pérdida de afiliados desde antes del 1 de octubre
Según las fuentes consultadas por ECD, el fenómeno se ha intensificado en la última semana con “miles de bajas diarias”. Pero las peticiones de afiliados para abandonar UGT,
tanto independentistas como partidarios de la unidad de España, se han
sucedido desde las semanas previas al referéndum del 1-O.
En
el mundo sindical no ha pasado por alto que algunos de estos militantes
históricos de UGT estén decidiendo darse de alta en los principales sindicatos independentistas de Cataluña, como por ejemplo la Intersindical-Confederació Sindical Catalana (CSC) y la Coordinadora Obrera sindical (COS).
Contagiado por el magma interno en el PSOE
Hay dirigentes de UGT que
trazan un paralelismo entre esta crisis y las graves discrepancias que
han mantenido el PSOE y el PSC sobre la respuesta al desafío
independentista en Cataluña. Se tiene en cuenta que muchos de los
afiliados al sindicato lo son también del partido que lidera Pedro
Sánchez.
La crisis catalana ha logrado también embarrancar la fuerza con la que Sánchez se impuso en las primarias a Susana Díaz.
La dirección socialista, como los dirigentes territoriales del partido,
han venido rechazando la celebración de un referéndum vinculante en
Cataluña.
La posición del PSOE es coherente con el apoyo prestado al Gobierno para la intervención de la Generalitat con la aplicación del 155. Pero se produce después de años de vaivenes y ambigüedad, y de desencuentros entre PSOE y PSC.
El
documento de referencia del PSOE en materia territorial sigue siendo la
Declaración de Granada, que pivota sobre la base de una reforma
constitucional en sentido federal. Este paso supondría garantizar la soberanía nacional, pero también abordar la distribución del poder político.
En
el último Congreso Federal, los socialistas asumieron la
plurinacionalidad del Estado. “Sin embargo, una cosa es reformar el
Estado autonómico y otra convertirlo en un Estado federal plurinacional”, critican varios dirigentes regionales.
Los barones han criticado el “egoísmo” que “pone en riesgo” la igualdad de España. En cambio, Miquel Iceta ha llegado a proponer la creación de una Hacienda catalana que gestione todos los impuestos.
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