TOLEDO.- El presidente de Cáritas de Castilla-La
Mancha, Silvestre Valero, ha cifrado la deuda que la Junta tiene
contraída con la entidad en siete millones de euros, dos de ellos del
año 2011 y el resto de el 2012, ante lo que la situación "empieza a ser
agónica" en la entidad, y además "no se puede ayudar a tanta gente como
se desearía".
Valero ha ejemplificado algunos
de los problemas provocados por la deuda de la Junta con la atención que
la entidad presta en residencias de ancianos sin ánimo de lucro, "a las
que no se les han pagado las plazas públicas desde enero y no se puede
pagar a trabajadores, además de que hay que mirar con lupa la atención
que se presta a los mayores".
"Nos dicen que el pago será inminente,
pero seguimos esperando", ha afirmado.
"Con el dinero que nos deben podríamos ayudar más, pero nos
mantenemos gracias a la generosidad de la gente", ha aseverado Valero,
asegurando que aunque la deuda puede ser "comprensible" por la situación
económica, "lo más triste es que antes había una estructura de
servicios sociales que últimamente se está desmoronando lentamente".
"Cáritas antes se llegaba a todos los pueblos de la región, pero la
situación ya empieza a ser precaria y negativa en muchos puntos", sin
que se puedan atender todas las demandas de ayuda.
Valero ha subrayado que "la situación de crisis y los recortes"
están haciendo que más gente acuda a la ayuda que presta Cáritas, y en
este año 2012 "se atenderá a casi un 20 por ciento más de personas" que
en 2011, cuando la cifra se situó en 118.000.
Ha indicado que el número de voluntarios que trabajan para la
entidad en Castilla-La Mancha se ha incrementado para situarse en torno a
los 6.000, aunque ésta "es una cifra relativa, ya que hay muchos más,
porque no se contabilizan los que trabajan en los centros más pequeños".
Según Valero, la colaboración de la gente está creciendo porque
"es normal que cuando personas de clase media ven la pobreza muy de
cerca se sensibilizan ante el dolor".
"Cuando la gente se acerca a la
pobreza, se humaniza. La crisis nos va a hacer descubrir algunos valores
que se habían perdido cuando el poder adquisitivo era mayor", ha
agregado.
En este sentido, Valero ha criticado que los que más tienen "están
lejos de la realidad porque no la conocen", y como no ven el dolor
"colaboran menos". A su juicio, esto es "triste", porque gente con
mayores rentas que no colabora "se está perdiendo encontrar la verdadera
felicidad".
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