miércoles, 24 de agosto de 2011

Las aguas secuestradas por la ignorancia / Francisco Turrión *

Ignorancia por falta de conocimiento. O, lo que es peor, ignorancia por la perdida u olvido del conocimiento que ya se tenía. Nos referimos a las aguas subterráneas y, más concretamente, a los acuíferos “no oficiales” de Murcia en particular, y de la cuenca del Segura en general. A los acuíferos confinados,  gigantescos embalses repletos de aguas subterráneas y, hasta ahora, desconocidos por ser ignorados; o ignorados para  no ser conocidos. Que tanto monta. 

Sorprende y causa sonrojo ajeno; en esta tierra agraciada por el sol (que no por ello seca -como intencionadamente nos quieren hacer creer algunos, a golpe de martilleantes mensajes directos al subconsciente colectivo), en esta civilización mal enseñada en demandar como propias las aguas de allende sus fronteras y en ver ajenas las suyas propias; constatar como ya en el siglo XIX se tenían claros algunos conceptos sobre el potencial de las aguas subterráneas que hoy son ignorados, precisamente, por los que más tenían que saber sobre la gestión del agua de todos. 

En efecto, como ejemplo, traemos aquí una cita de 1878 del académico, y presidente de la Real Academia de las Ciencias Naturales y las Artes de Barcelona, DON SILVINO THOS Y CODINA, en su tratado El Agua en la Tierra, Estudios sobre el origen, régimen y acción de las aguas en la corteza terrestre. Dice Así:

Fuentes y manantiales no son dos palabras sinónimas. […] y así, para mi, manantial es toda corriente de agua que discurre subterránea por sus conductos naturales, y fuente todo manantial que aparece en la superficie de la tierra. 
Adopto estas definiciones en vista de las admitidas por los mejores autores, precisándolas, no obstante, algún tanto más; porque si es verdad que toda fuente es un manantial, no lo es menos que muchos manantiales corren interiormente desapercibidos por nosotros, y van a perderse a grandes profundidades o al mar, sin dar origen a ninguna fuente, como los trabajos de alumbramiento no vengan a sacarlos a la superficie”.

Esas aguas, por desgracia todavía hoy (siglo XXI) “desapercibidas por nosotros”, no solo se van al mar, “a se acabar y consumir” (J.Manrique dixit.). También se quedan aquí, junto a nosotros, escondidas en las oscuridades del interior de la tierra. Embalsadas en los gigantescos aljibes subterráneos que forman los infinitos  intersticios y oquedades de las calizas, dolomías, gravas y arenas. Retenidas y confinadas  allí, a varios kilos de presión superior a la atmosférica y desde hace miles de años. Hasta que una perforación o sondeo las “alumbra” a la superficie de la tierra, muchas veces sin ayuda de medios mecánicos, como por ejemplo el sondeo de agua potable de Moratalla Alhárabe, o los de la Huerta de Murcia de Santa Cruz, Pitarque, Alquibla o El Murciano.


Miles de millones de metros cúbicos de agua de excelente calidad duermen bajo nuestros pies esperando sernos de utilidad. Esperando ser aprovechada, de forma racional y sostenible, en crear empleo, riqueza y progreso para todos. Solo hay un problema: nosotros mismos.

Nuestros prejuicios, nuestros esquemas mentales, nuestras ideas preconcebidas y los espurios intereses de unos pocos, no nos dejan ver la realidad. Muchos años de propaganda y demagogia sobre el agua, nos han nublado la vista justo cuando más clara la deberíamos tener. Cuando tenemos que poner en común todo el conocimiento para salir de la actual crisis económica.

Necesitamos anteponer el rigor científico a las creencias y  a los mitos. Dejar de mirar para otro lado al toparnos con la evidencia. Pues mantenerse en la inercia, es lo fácil y cómodo, pero estéril, pues no ayuda a la colectividad. Ésta necesita que se deje trabajar en derribar mitos y leyendas urbanas sobre el agua en Murcia de la mano de la experiencia y de la ciencia acumulada durante el pasado episodio de sequía. Que se prueben y demuestren los nuevos descubrimientos sobre las aguas subterráneas de los acuíferos confinados de Murcia: su mayor tesoro. Acuíferos confinados y cautivos, que no por ello fósiles.

Una vez que conozcamos y aceptemos el potencial real en agua que tienen estos embalses subterráneos, debemos posibilitar su acceso público en los términos que dice la  Ley de Aguas y evitar que ésta sea de uso exclusivo de unos pocos; que comercializan y venden muy caro, un bien público que debería ser muy barato. Todo ello  por nuestra ignorancia.

Para ello, deberíamos hacer reformas en nuestra propia casa. Primero derogar ya el obsoleto Real Decreto-Ley 3/86 que, equivocadamente, declaró sobreexplotada toda la cuenca del Segura, confundiendo lo local con lo general. También el Artículo 9 de la Normativa del Plan Hidrológico de la Cuenca del Segura, que abunda en el error anterior y, de facto, impide a particulares, empresas, e incluso al propio Estado, acceder a concesiones de agua subterránea en todos los municipios de la cuenca del Segura. Desde Guardamar en Alicante, hasta Liétor o Alcadozo en Albacete. 

Debemos planificar desde el conocimiento exhaustivo de estos embalses subterráneos, ignorados y por ello "oficialmente "desaparecidos", y cubicar sus recursos renovables y reservas. También revisar con rigor los acuíferos declarados sobreexplotados, pues más que acuíferos sobreexplotados, lo que hay únicamente son pozos "sobreexplotados" en zonas concretas (ver Midiendo Agujeros de Agua en Acuíferos Llenos).Pues estos acuíferos tienen hoy el mismo nivel de llenado que tenían hace 30 y 40 años, mucho antes de su declaración de sobreexplotación. 

Y una vez hecho esto, debemos poner a disposición de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas “paquetes de agua subterránea” de entre 10.000 y varios millones de metros cúbicos anuales, según las zonas, para ofertarlos a los proyectos empresariales más sostenibles y que más empleo generen. Sería el Estado el que ejecutaría los pozos y los usuarios los que, mediante tarifa o canon, cubran los gastos de explotación y amortización de las obras. Recuperándose así los costes de las inversiones, como exige la Directiva Marco del Agua. Pues no es de recibo que los empresarios de Murcia tengan que pagar la tonelada de agua (1.000 litros) a 2 euros (suministrada de la red de agua potable por las empresa municipales, incluyendo tasas e impuestos), cuando  la de un pozo o sondeo vale de media 10 céntimos de euro. 20 veces menos.

Máxime,
cuando no se requiere que este agua sea potable, pues va a ser utilizada en procesos de refrigeración, lavado de frutas y hortalizas, lavado de maquinaria, vehículos, ropa, baldeo de instalaciones, corte de rocas y prefabricados, entre otros.

En cuanto al uso urbano residencial, ya el Tribunal Superior de Justicia de Murcia le ha dicho a la Confederación Hidrográfica del Segura, en dos sentencias distintas,  que usar agua potable de la red municipal para regar jardines y llenar piscinas de chalets, es un despilfarro contrario a la Ley de Aguas. Un gasto innecesario, que los ciudadanos no deben afrontar, cuando hay agua subterránea más barata. Si esto se dice para el uso recreativo, qué diría nuestro Tribunal para usos más preferentes, como es el industrial.

"Los paquetes de aguas subterránea" pueden crear empleo en el campo y fijar población al medio rural. Siempre y cuando vayan destinados a la agricultura productiva y no a la especulativa. En el Campo de Cartagena, por ejemplo, se ha demostrado que la mayor garantía del recurso agua mejora notablemente la competitividad de los productos hortofrutícolas. Y ésta aumenta cuando se tienen suministros alternativos como son las aguas subterráneas naturales o desalobradas.  Se consigue así, aportar a la planta agua de distinto grado de mineralización en función del momento de su desarrollo vegetativo. Algo que mejora notablemente la calidad para la exportación.

En definitiva, apostar por nuestras aguas subterráneas es anticiparse al futuro. Pues de cada 100 gotas de agua dulce del planeta, 77 son hielo, 1 es agua superficial de ríos y embalses y 22 son agua subterránea. Merece un esfuerzo intelectual y de humildad por parte de todos este 22% del agua dulce. Nuestros hijos nos lo demandaran y hoy es parte de la solución de esta, nuestra querida tierra.

(*) Hidrogeólogo en la CHS