viernes, 30 de noviembre de 2012

El estallido que viene / Adolfo García Ortega *

Lo habrá, tarde o temprano lo habrá. Habrá un estallido social. El mundo que prometía un bienestar sostenido está roto. Los políticos no lo ven, o no lo saben o quizá sea que han llegado a ese estado de ceguera, necedad y estupidez que les impide salir de su discurso hueco, repetido y refractario. Es el bloqueo del poder partitocrático tal como lo conocemos. E intuyo que lo que se prepara es el control del estallido.

Como ciudadano pensante podría hacer un análisis negativo, incluso muy negativo, y no dejaría de ser realista. Pero se impone partir de una esperanza: la sociedad europea, sobre todo la del sur o medio-sur, sigue viva, avanza, crece, palpita, mira hacia el horizonte y no se resiste. Lucha. Esto también es real.

Ahora lo que recorre Europa es una luz. No una de esas luces de final del túnel, sino una luz pequeña, una ligera claridad, una luz de linterna que alumbra, por fin, el interior de lo que pasa. Lo primero que ilumina esa luz es que Europa tiene un problema político que no ha sabido resolver todavía. Y a esto se añade otro aspecto, trágico: los serios problemas de ciertos estratos de su población, tales como los mayores, los jóvenes, los inmigrantes, los parados, etcétera, pendientes cada uno de su inhóspito y tambaleante futuro. Y esto conduce a nuestro mayor problema: somos más viejos, somos más pobres, pero los ricos son más ricos. Hay, pues, un brote agresivo de injusticia y desigualdad.

Aunque surgen recelos por todas partes, y más con el maquillaje del Premio Nobel de la Paz a la UE (seguro que en Bosnia aún se ríen de esta broma de mal gusto), hay que reconocer que existe un camino que la sociedad europea en su conjunto ha recorrido modélicamente, un camino común hacia una identidad común, un bienestar común y una cultura diversificadamente común; un camino que no han recorrido por igual los políticos. Porque ahora hay un abismo entre la sociedad europea y sus políticos.

La clase política es el gran problema que impide modificar la
realidad en Europa


Es más, asumamos de una vez, con decisión, que la clase política es el gran problema que impide modificar la realidad en Europa. ¿Por qué? Porque los políticos no han contribuido a eliminar los prejuicios de unos sobre otros, sino que los han aumentado; y tampoco han articulado los mecanismos reales contra la injusticia, para lo cual, básicamente, estaban elegidos. Han entregado a los ciudadanos a los bancos, a las instituciones financieras, a los principios inmorales de un capitalismo sin control. Y esto todos: los políticos de derecha y los políticos de izquierda. Porque, en este sentido, en la Europa en crisis, derecha e izquierda han terminado por ser parodias recíprocas. O, lo que es peor, cómplices de una vieja dramaturgia, la de su propia supervivencia.

Y al no haber una política económica verdaderamente común (salvo la malhadada monetaria), se han evidenciado, en cada país, las miserias de esos mismos políticos: la corrupción, la ineptitud, la mala gestión, la incapacidad práctica e intelectual y el error sistemático. Esto ha llevado a cuestionar, y más que nunca y con más razones que nunca, su papel delegado de representatividad.

¿Cuáles son los verdaderos males que aquejan a Europa? A mi modo de ver, son los siguientes: 1. La fractura del equilibrio económico sostenible, que requiere actualmente redimensionarse. 2. Las diferencias entre Estados, aumentadas por la quiebra entre el Norte y el Sur. 3. La corrupción (tanto en el Norte como en el Sur) tan capilarmente extendida. 4. La política estandarizada y necia. 5. La codicia financiera, estimulada por una banca abusiva en extremo. 6. La falta de futuro nítido. 7. El vertiginoso incremento del paro y el desempleo, que ha de verse en términos no ya económicos sino de población. Y 8. El desvío o traspaso de responsabilidades y cargas a las capas más débiles o clases medias de la sociedad (ciudadanos, profesionales, trabajadores, parados) y no a la banca, ni a los grandes empresarios ni a la clase política, con el consiguiente aumento de la injusticia social generalizada.

Es decir, es imperativo asumir sin eufemismos si existe o no una respuesta a la cuestión capital de la redistribución de la riqueza y del sistema productivo y de consumo. Si la respuesta es inequitativa, toda revolución debería ser inminente. Si es equitativa, ha de formularse una eficaz respuesta política de carácter legislativo. Estamos lejos de esto. Porque esto lleva a pensar (y a propugnar) que es necesaria otra forma de vida, que partiría de esta sencilla pregunta que nadie se hace: ¿por qué las cosas valen lo que algunos dicen que valen y por qué no valen menos? Es decir, ¿por qué prima la ganancia y el beneficio por encima de la vida misma?

Se ve venir una crisis de la democracia, tal como la hemos concebido hasta ahora, y es una crisis sistémica. La representatividad y el modo de acceso a ella, sobre todoen algunos países, está cuestionada, y con razón. Es, por tanto, una crisis política. Una crisis en la que otra vez sobrevuela por Europa el fantasma de la intolerancia, del radicalismo nacionalista (de izquierda y de derecha), y otra vez se silencian las voces que, mayoritariamente, se declaran no sectarias, aplicándoles la categoría de “alternativas”, como estigma de lo que no es una opción viable. ¡Y ya lo creo que lo es!

Es urgente preguntarse si hay un futuro real para Europa. Y la respuesta siempre sería positiva, obviamente: hay, sin duda alguna, un futuro porque la gente existe, la gente vive. Sin embargo, no es tan fácil. Hay tres escenarios de futuro: uno deseable, otro indeseable y otro lamentable.

Se ve venir una crisis de la democracia, tal como la hemos
concebido, y es una crisis sistémica


El futuro deseable pasa por una total unión política, la creación de unos Estados Unidos de Europa reales. Eso permitiría conseguir una globalidad y una corresponsabilidad económica y social, con la creación de un plan de crecimiento y racionalización de recursos, producción y consumo; y no una política de austeridad que suponga la exclusión y la tortura social. En este sentido, faltan nuevas ideas y nuevos nombres que las procuren.

El futuro indeseable es aquel que conlleve ruptura de tratados que garantizan grandes márgenes de libertad, el avance de posturas muy radicales (ya las hay en Grecia, Finlandia, Hungría, Holanda, Francia…), la negatividad de la multiculturalidad, es decir, su fracaso, y, sobre todo, la desvinculación de la sociedad de los millones de parados, jóvenes en especial, dando por sentada una sobrecogedora falta de solidaridad. 

Pero hay un futuro lamentable que me temo más cercano; un futuro probable y resultadista. Será el de una Europa sin influencia estratégica mundial, con grandes carencias en las conquistas sociales, con un adelgazamiento brutal de la garantía igualitaria que ofrece “lo público”. Será una Europa en la que cualquier mejoría se anunciará para plazos cada vez más lejanos, bajo la amenaza de que “lo peor aún está por llegar”, causando desaliento. Será una Europa dividida en dos, la que funciona y la que no. 

Y habrá países de esa Europa fractal en los que invertir será un chollo: ya se podrá comprar a centavo el dólar, ya se podrá comprar un país (y lo que contiene) muy barato, aceptando gustosos una inversión en industrias que exigirán unas condiciones laborales muy desprotegidas, con sueldos muy bajos. Que la sociedad vuelva a escalar clases sociales, desde posiciones muy bajas también.

Nos están preparando para esto, para aceptar sin violencia estas duras condiciones, y para que nos parezcan una necesidad inevitable. No de otro modo se entiende la gran presión que sufren las clases medias, una auténtica incertidumbre social, y la brutal represión de todas las manifestaciones de protesta con el fin de atemorizar. Es decir, se está controlando el estallido, se está modulando su impacto y su alcance.

Ante todo esto, desolador sin duda, creo que la única esperanza, la única vía de salida, radica en ir en dirección contraria a la que vamos. Eso lo saben los políticos. Y si no lo saben, que dejen de ser políticos, porque solo serán imbéciles.

(*) Escritor

CCOO en Albacete denuncia que la Junta abocará a muchos municipios a cerrar escuelas infantiles por quitar subvenciones

ALBACETE.- El sindicato CCOO en Albacete ha denunciado que el Gobierno de Castilla-La Mancha va a abocar a muchos municipios al cierre de sus escuelas infantiles al haber dejado "a cero" su partida en los Presupuestos para 2013 y "por haber eliminado la subvención que la Junta daba a los ayuntamientos para mantenerlas". 

   La secretaria general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía, Carmen Juste, ha asegurado en rueda de prensa que esta decisión "pone en peligro la supervivencia" de estos centros que atienden a niños de 0 a 3 años, lo que es "un ataque directo a la igualdad de oportunidades y a los derechos de los niños de zonas rurales".
   Ante esta situación, Juste ha dado a conocer que "se ha iniciado una recogida de firmas con carácter regional" a través de las redes sociales, apoyada por el sindicato para "respaldar cuantas iniciativas surjan de los padres o de los ayuntamientos".
   En el caso de la provincia de Albacete, la secretaria provincial de la Federación de Enseñanza de CCOO, Magdalena Cantos, ha mencionado que "ya han comunicado que a partir de enero no van a continuar las escuelas infantiles de los municipios de Nerpio, Socovos y Yeste".
   La responsable provincial de esta federación ha denunciado "la falta de sensibilidad del Gobierno de Cospedal con la ciudadanía de las zonas rurales" y ha afirmado que esta decisión supone "una discriminación" hacia estas zonas.

Vicente Rouco llama a los jueces a protestar de forma "prudente e institucional"

GUADALAJARA.- El presidente del Tribunal Superior de Justicia de  Castilla-La Mancha (TSJCM), Vicente Rouco, ha instado a los jueces y fiscales, que durante estos días están protestado por la subida de las tasas judiciales, a hacerlo de "forma prudente, serena y moderada". 

   Rouco ha realizado estas declaraciones en el acto de imposición de la Cruz de 1ª clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort a la presidencia de la Audiencia provincial de Guadalajara, Isabel Serrano.
   "Las discrepancias se deben defender de una manera institucional, moderada, prudente y serena y no a través de pancartas, manifestaciones o comportamientos histriónicos, incluso manifestaciones que yo me atrevería de calificar de impropias de titulares de un poder del Estado juzgando sobre los comportamientos de otros titulares de otros poderes del Estado", ha recalcado.
   A su juicio, "eso forma parte del debate político y los jueces debemos permanecer al margen del debate político"
"Creo que en estos momentos una respuesta institucional es mucho más prudente, seria y moderada", ha sentenciado.
   Así, ha recordado que hace unos días tuvo lugar una reunión de los presidentes de los tribunales de justicia con el ministro de Justicia donde se aboga precisamente por encontrar un espacio de diálogo y respuesta institucional. "En unos momentos en los que hay tantos ciudadanos que lo están pasando mal, la Justicia debe contribuir a serenar la situación y colaborar en el desarrollo de la situación de manera responsable", ha añadido.
   No obstante, Rouco ha insistido en que "es legítimo que los jueces, como cualquier otro ciudadano y más en aquellos asuntos o reformas que les afecten, manifiesten su opinión, e igualmente es lícito que discrepen, incluso yo puedo ser partícipe también de ciertas discrepancias".
   Sin embargo, considera que "una cosa es la discrepancia y descontento incluso algún tipo de manifestación, de palabra o por acto, pero sinceramente pienso que los jueces somos poder del Estado aunque tengamos unos ciertos componentes funcionariales y no debemos perder nunca de vista ese concepto importante que nos ha confiado la Constitución y la ley orgánica del Poder Judicial del Estado".

El rector admite que el 2013 "va a ser complicado y exigente" en la UCLM

ALBACETE.- El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Miguel Ángel Collado, ha admitido que el próximo año "va a ser complicado y exigente", pero ha insistido en que "no habrá esos despidos masivos que se anunciaban".

   "Tenemos un horizonte a medio plazo, a partir de 2014, que nos permite planificar, sabiendo un poco hacia dónde vamos, con un poco más de tranquilidad", ha señalado Collado en el Campus de Albacete.
   El rector ha afirmado que en 2013 la UCLM seguirá "con esfuerzos exigentes" en la docencia y en la investigación reduciendo gastos, pero "el compromiso es guardar el capital esencial de la Universidad, que es el talento, el conocimiento y los recursos humanos cualificados".
   Es por ello, ha destacado, "que el compromiso principal es el mantenimiento de los profesores de la UCLM y también el personal de Administración y Servicio de la Universidad, es decir, aquellos que hacen carrera académica, y el compromiso es contar con todos ellos".
   Asimismo, ha reconocido que la falta de financiación "repercute evidentemente en el funcionamiento de la Universidad", y en el caso de la Investigación "ha habido una reducción drástica de la financiación" tanto de la Comunidad Autónoma como a nivel nacional.
   Esta bajada en la financiación, ha dicho, ha afectado a todas las universidades, también a la UCLM, y por tanto "habrá algunos proyectos de investigación que no se puedan realizar por falta de financiación o se realizarán con una dimensión más reducida".
 "Pero eso no significa que la investigación esté paralizada, sino que va con dificultades", ha agregado.
   "Tendremos que seguir presentando proyectos en las convocatorias donde haya fondos, que son en el Ministerio y en los proyectos europeos, sabiendo que todos estamos buscando los fondos allí", ha sentenciado.